Una botella de agua alcalina funciona mediante un filtro especializado o un sistema de infusión de minerales para aumentar el nivel de pH del agua e infundirle minerales alcalinos. Cuando llenas la botella con agua corriente o embotellada, el agua pasa por este mecanismo de filtración, que tiene dos funciones principales. En primer lugar, filtra impurezas como el cloro, los metales pesados y otros contaminantes comunes que se encuentran en el agua corriente. Esto garantiza que el agua que bebes no solo esté alcalinizada, sino también limpia y segura.
En segundo lugar, la botella añade minerales alcalinos beneficiosos como calcio, potasio y magnesio al agua. Estos minerales son fundamentales para elevar el nivel de pH y hacer que el agua sea alcalina. Algunas botellas avanzadas también utilizan tecnología de ionización para cargar el agua con iones negativos, lo que puede mejorar las propiedades antioxidantes del agua. Este proceso puede ayudar a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, lo que contribuye a una mejor salud general y reduce el estrés oxidativo, que está relacionado con el envejecimiento y varias enfermedades crónicas.
El proceso de transformación del agua suele ser rápido y, en cuestión de minutos, podrá disfrutar de agua alcalina fresca. Los filtros de estas botellas suelen ser reemplazables y deben cambiarse periódicamente (cada 2 o 3 meses o después de filtrar una determinada cantidad de agua) para garantizar un rendimiento óptimo.