Cálculos renales. Un nombre que suena desagradable para una afección muy dolorosa que afecta a aproximadamente 1 de cada 11 personas en los EE. UU. Pero, ¿qué son los cálculos renales? ¿Por qué se producen? ¿Y qué puede hacer para minimizar las probabilidades de tenerlos?
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos renales son formaciones muy duras de sales y minerales, generalmente calcio o ácido úrico. Las sales y los minerales se acumulan dentro del riñón y los cálculos pueden desplazarse a lo largo del tracto urinario.
Pueden ser muy pequeños o pueden crecer hasta 5 cm o más de diámetro. En casos particularmente graves, un cálculo renal puede crecer lo suficiente como para llenar todo el riñón.
La mayoría de los cálculos renales se expulsan por las vías urinarias sin tratamiento, pero algunos necesitan un procedimiento médico para deshacerlos y eliminar la obstrucción.
Los cálculos renales a menudo causan dolor intenso en el abdomen, sensación de ardor al orinar, sangre en la orina y una serie de otros síntomas .
¿Qué causa los cálculos renales?
La evidencia sugiere que a medida que el clima se calienta, las personas tienen cada vez más probabilidades de desarrollar cálculos renales. Entonces, ¿cuál es la conexión entre el clima más cálido y los cálculos renales?
Hidratación, o más precisamente, deshidratación.
La deshidratación es uno de los factores de riesgo clave para el desarrollo de cálculos renales. Cualquier persona que haya tenido cálculos renales en el pasado debe hacer un esfuerzo adicional para mantenerse hidratada. Muchos de nosotros podemos reducir nuestras posibilidades de desarrollar cálculos bebiendo mucha agua.
El tipo más común de cálculos renales se produce cuando pasa demasiado calcio al riñón. Cuando el riñón no puede procesar el volumen de calcio (u otros minerales que forman cálculos), el calcio se acumula en el riñón.
Se podría pensar que la respuesta obvia a esta pregunta es reducir la ingesta de calcio a través de la dieta, pero, sorprendentemente, los ensayos clínicos muestran que las personas que forman cálculos renales de calcio deben seguir consumiendo la dosis diaria recomendada de calcio y aumentar su ingesta de agua al mismo tiempo.
Los cálculos renales de ácido úrico se producen cuando la orina es demasiado ácida, porque el ácido úrico se ha disuelto en ella. Allí, puede cristalizarse y convertirse en un cálculo. Por lo general, se recomiendan medicamentos para cambiar el pH de la orina, pero adoptar una dieta más alcalina también puede ayudar a prevenir una orina excesivamente ácida.
El agua es clave para prevenir los cálculos renales
Diluir los minerales y ácidos que pasan por los riñones es fundamental para reducir las probabilidades de desarrollar cálculos renales, tanto si ya los ha tenido antes como si nunca los ha tenido.
Un ensayo clínico aleatorizado publicado en el Journal of Urology estudió a 199 pacientes con cálculos renales, frente a 101 participantes de control que no habían tenido cálculos renales anteriormente. El estudio concluyó que el volumen de orina era un factor de riesgo importante para los cálculos renales. Aquellos con un mayor volumen de orina tenían menos probabilidades de desarrollar el problema.
El punto de inflexión fue que beber 2 litros de líquido cada día reduce las probabilidades de recurrencia de cálculos renales (en personas que ya han tenido uno o más cálculos renales en el pasado) en aproximadamente un 50%.
Y la Asociación Urológica Americana recomienda que los pacientes que tienen tendencia a formar cálculos renales beban 2,5 litros o más de líquido cada día.
¡Todo esto son buenas noticias! Significa que hay una manera muy sencilla de proteger la salud de las vías urinarias y que puedes hacerlo todos los días: bebe más agua.
Proteja su salud
Se han encontrado cálculos renales en momias del antiguo Egipto, lo que nos indica que no se trata de un problema nuevo. Sin embargo, a los científicos médicos les preocupa que los cálculos estén aumentando. Se ha identificado una clara relación entre el clima más cálido y los cálculos renales, y un estudio sobre cálculos renales en los Estados Unidos sugiere que los cálculos pueden aumentar muy repentinamente cuando la temperatura alcanza un cierto umbral, o pueden aumentar de forma gradual pero constante.
Por eso es más importante que nunca proteger tu salud.
Beber más agua también conlleva muchos otros beneficios, entre ellos:
- ¡Más energía! Te sentirás más alerta y concentrado.
- Mejora del funcionamiento cerebral. Un cerebro hidratado trabaja mucho más rápido y de forma más eficaz que un cerebro deshidratado, por lo que tu rendimiento laboral mejorará y serás un conversador mucho mejor.
- Alivio de los dolores de cabeza. Beber más agua puede prevenir o reducir los dolores de cabeza causados por la deshidratación.
- Mejor digestión. Los líquidos ayudan a que el sistema digestivo funcione de forma óptima y previenen la digestión lenta y el estreñimiento.
- Pérdida de peso. Si estás intentando perder peso, beber mucha agua es una parte fundamental de tu dieta. Ayuda a la digestión y a evitar confundir la sensación de hambre con la de sed, por lo que consumes menos calorías.
- Mejor rendimiento físico. Si eres deportista de cualquier tipo, ¡profesional o no!, beber agua aporta una gran cantidad de beneficios a tu práctica física. Ayuda a regular la temperatura corporal, aumenta la motivación y hace que el ejercicio parezca menos agotador.
Beber entre 2,5 y 3 litros de agua al día mejorará tu salud y bienestar general y podría ayudar a prevenir los cálculos renales. Además, no tiene efectos secundarios negativos, por lo que no hay que pensarlo dos veces.
Una forma sencilla de aumentar tu hidratación diaria
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