Es el Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama, lo que significa que es un momento importante para considerar las medidas que podemos tomar para prevenirlo. Si bien hay mucho que no sabemos sobre la enfermedad (y, como resultado, no hay forma de garantizar que nunca nos la diagnostiquen), las investigaciones han señalado muchas formas posibles de reducir el riesgo.
Si tu vida diaria incluye hábitos saludables y de cuidado personal, es probable que ya estés en el camino correcto. Un hábito que puede reducir tu riesgo de cáncer y aportar muchas otras alegrías a tu vida es el ejercicio regular.
Desde hace mucho tiempo se ha considerado que el ejercicio está asociado con un menor riesgo de cáncer, especialmente en lo que respecta al cáncer de mama, el cáncer de colon y el cáncer de endometrio. Un estudio reciente de la Sociedad Estadounidense del Cáncer y el Instituto Nacional del Cáncer descubrió que el ejercicio podría estar vinculado con un menor riesgo de 13 tipos de cáncer, lo que sin duda es motivo de celebración. (¡Y de atarse las zapatillas!)
En lo que respecta al cáncer de mama, el hábito de hacer ejercicio puede ser especialmente importante. Una y otra vez, las investigaciones han indicado que las mujeres que hacen ejercicio regularmente pueden tener un menor riesgo de cáncer de mama que las que no lo hacen. ¡La reducción del riesgo puede ser tan drástica como del 30 al 40%! Muchos investigadores creen que esto se debe a que el ejercicio reduce el estrógeno en sangre, y los niveles más altos de estrógeno en sangre están asociados con un mayor riesgo de cáncer de mama.
Por supuesto, el ejercicio también proporciona un sinfín de influencias positivas sobre nuestra salud: puede reducir el estrés, hacernos más fuertes y ayudarnos a socializar con amigos que comparten el amor por el fitness, entre otras cosas.
En lo que respecta al cáncer, los beneficios como un peso saludable, una digestión más rápida y una mejor regulación hormonal son la razón por la que el ejercicio puede marcar una gran diferencia. El ejercicio también ayuda a reducir la inflamación, mejorar nuestro sistema inmunológico y aumentar los antioxidantes naturales, todo lo cual también podría ayudar a prevenir el cáncer.
Hacer ejercicio para prevenir
Estarás en una buena posición con tu rutina de ejercicios si realizas dos horas y media de actividad moderada por semana o una hora y quince minutos de actividad intensa por semana. (Por supuesto, siempre puedes hacer una combinación de ambas también). Una manera fácil de incluir este hábito en tu agenda es caminar 30 minutos cinco días a la semana. Si eres nuevo en el ejercicio, prepárate: la actividad saludable es adictiva. ¡Puede que te enamores de tu nueva rutina antes de que te des cuenta!
Independientemente de cómo elijas hacer ejercicio, asegúrate de calentar y estirarte antes de sudar y de relajarte después. Además, intenta sentarte con menos frecuencia durante el día. Se cree que estar sentado durante mucho tiempo aumenta el riesgo de contraer cáncer, así que, si trabajas en un escritorio, intenta levantarte y caminar unos minutos cada hora aproximadamente. Si tienes alguna duda sobre empezar una nueva rutina de ejercicios, consulta con tu médico antes de hacerlo.
Trucos para mantener tus hábitos de fitness
Si quieres adquirir un nuevo hábito de ejercicio, la clave es encontrar una rutina que te guste. Date la libertad de probar todas las formas de ejercicio que despierten tu interés y, con el tiempo, algunas actividades se convertirán en tus favoritas. Una vez que conozcas tus preferencias, como si te gustan los entrenamientos en grupo o en solitario y a qué hora del día te gusta más hacer ejercicio, encontrarás una rutina que te encantará.
Conclusión
Hacer ejercicio es muy beneficioso para nuestro cuerpo de muchas maneras, y su probable papel en la prevención del cáncer lo hace aún mejor. ¡Una razón más para hacer del ejercicio regular una parte de tu vida! Sobre todo, no seas duro contigo mismo si al principio te cuesta mantener una nueva rutina de ejercicios. Adaptarse a los hábitos lleva tiempo, y no ayuda que todos tengamos vidas muy ocupadas. Si te resulta difícil incluir el ejercicio en tu agenda, busca formas de incorporarlo a tu estilo de vida actual incluyendo el ejercicio en las tareas del hogar, el tiempo de juego con tus hijos o en tu viaje matutino al trabajo.
